Cuando hablamos de rotulación de fachadas nos referimos a todo el escaparate que algunas naves industriales reconvertidas a tienda o almacén tienen en la parte frontal.
La mayoría de ellas tienen grandes cristaleras que dan un juego enorme a la hora de rotular una imagen corporativa espectacular, o incluso a la hora de realizar campañas puntuales.
Montar un rótulo en este tipo de espacio es bastante complicado, así que la solución más económica es la de utilizar vinilo.
Como ocurre con cualquier otro negocio, las farmacias también son susceptibles de necesitar todo tipo de elementos que hagan más atractivos los productos que venden, y no solo eso, sino que les permitan destacar por encima de la competencia.
Los escaparates de las farmacias son también un excelente reclamo para captar la atención de la audiencia que pasea por las calles contiguas, así que debemos sacar el máximo provecho de todos los elementos a nuestra disposición para no pasar desapercibidos.
Los comúnmente llamados vinilos al ácido son en realidad vinilos glaseados que normalmente tienen hasta 3 grados de opacidad, y suelen utilizarse para dar intimidad a espacios interiores, sea en oficinas, restaurantes, o en negocios como centros de estética, dentistas, etc.
Este tipo de vinilos son muy utilizados, ya que a su vez son también muy versátiles, pudiéndolos utilizar para un sinfín de situaciones, instalaciones y/o incluso decoraciones interiores.
Los escaparates de los negocios que encontramos en los centros comerciales están en continua evolución. Se dice que un escaparate que lleva más de un mes igual es un escaparate que pierde audiencia, está gastado, asumido por los transeúntes como parte del mobiliario urbano, ya no llama la atención, ergo … no vende.
Por eso los centros comerciales intentan innovar constantemente, y las tiendas que los conforman compiten entre ellas de forma salvaje, ¿cómo? cambiando constantemente su publicidad.
Y aquí es donde entramos nosotros, los rotulistas.
Rotular una caseta de obra puede hacerse de muchas formas, de hecho siempre es conveniente acompañar una foto de la misma para que, a la vez que hacemos el presupuesto, podamos incluso asesorar al cliente en qué forma puede hacerlo: materiales, tipo de fijación, pros y contras de cada material, etc.
Tenemos que tener en cuenta que una caseta de obra suele a estar a pie de calle, con la consecuente exposición al vandalismo callejero, es decir, pintadas, rotura de cristales o incluso tirón del vinilo para hacer la gracia de turno.
Tener un escaparate que llame la atención es básico para que la audiencia que tienes a tu alrededor conozca tu negocio.
En una ciudad como Barcelona, donde la explosión de publicidad nos acecha en cada esquina en forma de mobiliario urbano, publicidad exterior, rótulos, expositores con folletos, etc, es importante tener una imagen atractiva que seduzca al posible cliente y que éste acabe por entrar.
